viernes, 26 de julio de 2013

Al norte del paralelo 56


Estamos a la máxima latitud en este viaje. Saliendo de Kemerovo hacia Krasnoyarks, el primer tramo es una carretera de montaña con un paisaje precioso que hemos afrontado bajo la lluvia pertinaz, y sobre un asfalto de dudoso agarre por lo que hemos extremado la precaución. En montaña y a esta latitud cuando se encapota el cielo la temperatura baja bastantes grados y era necesario abrigarse.

Ya a mediodía lucía un sol espléndido y hemos parado para quitarnos el engorroso traje de plástico. En este momento ha aparecido Hans, un holandés que viajaba de retorno a su casa después de haber llegado al Pacífico. El tipo mide más de 2 m de altura, tanto es así que le quedaba pequeña la BMW y era incapaz se acoplarse a la Impala.
Es agradable encontrase europeos por aquí, que no son muchos, y todos ellos, excepto los de la ambulancia, viajan en moto. Hay que tener en cuenta que las ciudades cada vez están más distanciadas, de Krasnoyarks a Irkust hay más de 1.000 km.

Hoy toca dormir en una cutre caravana, y es que por aquí no hay muchos sitios donde elegir, pero a decir verdad la anhelada y bien merecida ducha está realmente de collons...






¡Una cabaña de madera en medio del campo y con sauna!!


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