martes, 6 de agosto de 2013

La ruta del Transiberiano pasada por agua


Hace unos años se construyo una carretera que unía las ciudades de Chita y Khavarovsk, con un recorrido de 2.100 km, siguiendo las vías del ferrocarril Transiberiano por tierras alejadas de la civilización. Se trata de una zona montañosa de difícil acceso, que sirve de frontera natural con la inmensa China y en la cual habitan muy pocas personas, agrupadas en poblados bastante pequeños que fueron construidos para dar servicio a la línea ferroviaria.

La carretera no pasa por estos pueblos, de modo que recorrerla es un viaje non stop de más de 2.000 km con escasos servicios, algunas gasolineras separadas unos 100 km entre sí, y en un caso por más de 250 km, unos pocos cafés y dos o tres moteles.

Siendo un recorrido complicado ya de por sí, hacerlo bajo intensos y continuos aguaceros al manillar de dos Impalas se convierte en algo duro de narices. Ayer, cuando ya eran las 20h, no había sitio donde cobijarse y la lluvia nos dio un descanso, decidimos tomar una pista para buscar sitio donde pasar la noche.

Con tanta agua (los ríos bajan desbordados) y barro no era tarea fácil, hasta que localizamos un arenal donde plantamos las tiendas y cenamos algo de las provisiones que llevamos. Para acabarlo de complicar están los mosquitos, millones de mosquitos que te avasallan y hay que protegerse de pies a cabeza.

Hoy la cosa no cambia y hemos decidido parar en uno de los pocos moteles, localizado en el km 1.005, cuando ya estábamos empapados. A ver si nos recuperamos un poco para mañana poder seguir con un poquito mejor tiempo.

Para qué os hagáis una idea, el equipo que vestimos está formado por camiseta de manga larga, medias técnicas, forro de GoreTex, chaqueta y pantalón de cordura y traje de agua. ¡Y no nos sobra nada!



No hay comentarios:

Publicar un comentario