El
clima siberiano condiciona la vida de los habitantes de esta región y también
el estado de las carreteras, llena de baches de todos los tamaños; en algunos
cabría la Impala
con su piloto y todo. Hay que estar siempre atento, como comentábamos con una
pareja italiana de recién casados que hacía el viaje de novios en una Harley y
tenían la espalda destrozada del continuo traqueteo. Esto también pasa con la Impala, aunque ya nos hemos
acostumbrado a trabajar las piernas para amortiguar un poco los impactos y
descansar nuestras sufrida espaldas.
Y no es por falta de mantenimiento, porque en 100 km puedes encontrar
cinco ó seis tramos en obras de distinto calibre… El más gordo significa quitar
el asfalto, ensanchar la pista mientras pasamos los usuarios o hacer una por
donde desviarnos. O sea, bastante durillo al cabo de unos cuantos miles de km.
Pero
hay que destacar la amabilidad de los siberianos, como por ejemplo la de
Vyacheslav Slava (vgostinnoy2@mail.rus),
dueño de un pequeño hotel en el pueblo de Mukhorshibir, entre Ulan Ude y Chita.
Nos permitió guardar las motos en el garaje de su casa y nos ha llevado y
traído en su coche, pasando antes por el súper a comprar algo de comida.
Duro
el trayecto en estas carreteras de segundo orden, por las que hay muy poca
circulación, pero mucho más por las principales, con inumerables camiones y varios
automovilistas que van a saco y te pasan casi rozando. Afortunadamente, cuando
paras casi siempre encuentras la persona amable.
La linea del Transiberiano en Baikal
Territorio Buryat
Territorio Buryat
Paradinha
Hospitalidad siberiana
Tradición indigena
El fuerte aguacero se llevo el puente de Khila
Bungalof en la campiña
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